España podría ahorrar 1.800 millones de euros anuales si los
organismos públicos implantaran la facturación electrónica, según un
estudio realizado por Ricoh Europa en colaboración con Billentis.

Entre el 45% y el 65% de las compañías suministran bienes o
servicios al sector público, y aunque se estima que las facturas
enviadas electrónicamente por empresas y administraciones aumentarán un
30% en 2012 respecto al año anterior, la penetración sigue siendo baja,
ya que solo el 18% del total de facturas generadas en Europa se enviarán
por vía electrónica.
El estudio también señala que, globalmente, solo el 5% de las
facturas se envía de forma electrónica, y que cuanto más grande es la
organización, más complicado es determinar su volumen exacto de
facturación.
Asimismo, recoge que entre el 10 y el 15% de las facturas requieren
un recordatorio, lo que añade tiempo y costes extras al proceso de
facturación; el 10% de los datos introducidos manualmente contienen
errores, y normalmente, una factura se copia seis veces.
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